27.1.12

Cementerio Marino # 2



 OSSIP MANDELSTAM
Осип Эмильевич Мандельштам


SELECCIÓN DE JENNY BERNAL

Varsovia 1891- Vladivostok 1938. Ossip Maldestam, encontró en el lenguaje una forma para retratar un cruento mundo; del cual fue espectador y protagonista. La represión en la Rusia de Stalin y la existencia agotándose en el vacío, fueron algunos de los grandes acompañantes en su travesía, muchos de ellos visibles a nosotros, gracias a su obra poética. Tarea que pese a ser abandonada por el autor algunos años, debido a su dedicación por su producción ensayística, late hoy en día y sigue estremeciendo a miles de lectores. 

 

El oído afinado dirige la vela sensitiva...*

El oído afinado dirige la vela sensitiva,
La mirada dilatada se despobla
Y un coro enmudecido de pájaros nocturnos
Atraviesa el silencio.

Yo soy tan pobre como la naturaleza
Y tan simple como el firmamento,
Y mi libertad es tan quimérica
Como el canto de los pájaros nocturnos.

Yo veo al mes inanimado
Y al cielo más muerto que el lienzo;
Y acepto del vacío
¡Su mundo enfermo y extraño!

*Versión de  Jorge Bustamante García
De La piedra (Камень - Kamyen, 1913)



Tristia*

Estudié la ciencia de la despedida
en las calvas quejas de la noche.
Rumian los bueyes y la espera se alarga,
la última hora de las vigilias de la ciudad.
Sigo el rito de esta noche del gallo,
cuando, tras llevar una penosa carga,
los ojos llorosos miraron a lo lejos,
y lágrimas de mujer se mezclaron con el canto de
    las musas.

¿Quién puede saber al oír la palabra «despedida»
qué separación nos aguarda?
¿Qué nos anuncia el canto del gallo
cuando la llama arde en la Acrópolis?
Y en la aurora de una nueva vida,
cuando en el zaguán perezosamente rumia el buey,
¿por qué el gallo, heraldo de la nueva vida,
en la muralla de la ciudad agita sus alas?

Y yo amo el hilo de la costumbre,
se desliza la canoa, susurra el huso.
Mira: a nuestro encuentro, como pluma de cisne
vuela ya, descalza, Delia.
¡Oh, mísera trama de nuestra vida,
donde es tan pobre el lenguaje de la alegría!
Todo pasó antes, todo se repetirá de nuevo.
Y sólo nos es dulce el instante del
   reconocimiento.

Que así sea: una figura transparente
yace inmaculada en el plato,
como la piel tersa de una ardilla.
Una muchacha, inclinada hacia la cera, la
   contempla.

No nos toca adivinar la suerte del Erebo.
Para las mujeres es cera lo que para los hombres
   es cobre.
A nosotros sólo en las batallas nos habla el
   destino,
y a ellas, les es dado morir leyendo el futuro.

*De Trista y otros poemas, 1998.
versión de Jesús García Gabaldón

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